No se si a vosotros os pasa igual, pero a mi estos días me
traen muchos recuerdos de la adolescencia y la juventud, esa edad en la que los
problemas son muy gordos y las alegrías muy grandes y que conseguían borrar todo lo malo como por obra de magia.
Recuerdos de mis hijos cuando eran pequeños, entrando y saliendo
de una habitación a otra alegres y felices, sin parar de jugar y la verdad es
que ellos te trasladan a un mundo de ilusión, que difícilmente nosotros solos llegaríamos.